ACORD Colombia - MINDEPORTE
Cartagena, 20 de noviembre de 2019. - En los Juegos Nacionales se manejan dos caras: las de la alegría, que se da con victorias, clasificaciones y medallas y las de la tristeza, que suelen aparecer con derrotas e eliminaciones.
Pero la derrota hace parte del deporte, invita a intentar querer levantarse para en una próxima ocasión dar más de sí y triunfar. Así, como en la vida, sucede en el deporte.
Kimberly Tous Arellano hizo parte de la delegación de Bogotá en el fútbol femenino de los Juegos Nacionales que se celebran en El Carmen de Bolívar.
Su rostro está lleno de tristeza, pero también de esperanza. De eso se trata. Tal vez pensó que por haber sido su selección eliminada jamás sería entrevistada en este campeonato.
Por eso sonríe mientras relata parte de su vida deportiva. "Tengo 19 años y nací en la Isla de San Andrés. Empecé a jugar fútbol a los 6 años, gracias al profesor Noel Chaverra Pino (q.e.p.d.), luego pasé a una escuela de fútbol llamada Promesas del Archipiélago, donde hice toda mi formación personal y deportiva e inicié los procesos de viajar por diferentes partes del país jugando con niños".
Relata que separarse de su familia no fue nada fácil, pero su amor por este deporte hizo más llevadera la situación. "Llegué a Bogotá el 15 de junio de 2014, fue una etapa muy dura ya que salí de casa a los 13 años. Ahí conocí al profesor Didier Luna, quien fue el que me recomendó el club en el que actualmente juego que es el club deportivo Sport Colombia, donde logré fortalecer mi parte deportiva".
Su calidad la llevó a ir mostrándose en la Capital. "Hago parte de la selección Bogotá desde 2016, siempre me esfuerzo al máximo en la cancha, esta vez no pudo ser, pero habrán nuevas oportunidades, eso es lo lindo del deporte", recalca.
Por un momento se le olvida la eliminación de su selección para darle gracias a Dios y la vida. "Cuento con el apoyo de mis padres para cubrir todo tipo de gastos, adicionalmente me encuentro estudiando profesional en entrenamiento deportivo en la Fundación universitaria del Área Andina. Vivo agradecida infinitamente con Dios, mis padres que trabajan durísimo y mis entrenadores. Solo gracias a ellos soy quien soy", puntualiza.