Regional Centro Sur
Prensa Supérate Intercolegiados
El partido que abrió el cuadrangular de voleibol femenino prejuvenil del Regional Centro Sur que se desarrolla en Florencia, Caquetá, enfrentó a los dos departamentos llamados a clasificar a las finales nacionales: Cundinamarca y Tolima. Ganaron las cundinamarquesas 3-0.
Nicole Méndez tiene el pulso firme. Especialmente cuando lanza la bola para hacer un saque. Es difícil, a distancia, notar que su mano derecha es distinta. Desde que estaba en el vientre de su madre, sus falanges no terminaron de formarse. Esto no representó ningún impedimento para que su diestra fuera fundamental en el encuentro en el que la Institución Educativa General Santander, de Soacha, derrotó a su rival del Tolima en tres sets con marcadores 25-14, 25-18 y 25-5.
La frontera entre Soacha, al sur de Bogotá, y la capital colombiana es casi imperceptible, pero sus habitantes se sienten orgullosos y no se dejan absorber por la tumultuosa urbe.
Al terminar el encuentro en Florencia, Gildardo Ramiro Acosta, el entrenador, respiró tranquilo. Para él, iniciar ganando el cuadrangular que reúne a los departamentos de Cundinamarca, Tolima, Huila y Caquetá, era fundamental.
La voleibolista, que cursa octavo grado, tiene 14 años y unos sueños deportivos sin límites. Más de un asistente al encuentro, en las graderías de la cancha, ubicadas en la Institución Educativa Barrios Unidos, de Florencia, se sorprendía al ver que la discapacidad no era impedimento para que la deportista se convirtiera en figura de su equipo.
"Cuando ven mi mano, las personas me preguntan muchas cosas. No pueden creer que sea titular y me dice que cómo hago para jugar", dice la muchacha, que ríe cuando piensa en eso, pues no le molesta ni le genera dolor. "Es como si tuviera la mano completa", añade.
Como muchos de los participantes de Supérate Intercolegiados, Nicole sueña con seguir en el deporte. Su meta es jugar voleibol a nivel internacional. Ella anhela hacerlo en Asia, en Corea y ser algún día selección Colombia.
Nicole y sus compañeras no ocultan el orgullo por estar llevando los colores de su municipio y ahora de su departamento. Pero como para ellas ni el cielo es el techo, desean portar las banderas de su región y del país.