Editorial del Director
El deporte, la recreación, la actividad física y el aprovechamiento del tiempo libre han tenido su espacio, su casa, en estos 50 años que conmemoramos. En el interior de Coldeportes ha habido suficiente espacio para que en sus paredes reposen medallas, momentos inolvidables y, por supuesto, un fragmento importante de la historia de Colombia.
En definitiva, son muchos los motivos, pero asimismo lo son la responsabilidad y el compromiso para edificar más, gracias al apoyo irrestricto del Gobierno Nacional, que, como lo ha reiterado el señor presidente, Iván Duque, "es el gobierno del deporte".
Prioritario en su gestión por el alto impacto para fomentar la convivencia y reducir la violencia. También al ser ancla en favor de la salud, ejemplo con un alto rendimiento que contará con mayores herramientas y como factor de desarrollo y dinamizador de nuestra economía.
El destino quiso que el punto de partida de esta administración fuesen los Olímpicos de la Juventud y esa cosecha histórica de medallas con una fórmula ganadora: la del 5-4-3, por aquello del número, en su orden, de oros, platas y bronces. Demostramos que el trabajo en equipo con el Comité Olímpico Colombiano y el Comité Paralímpico Colombiano, además de las federaciones nacionales, ligas y entes departamentales, es fundamental para seguir cosechando triunfos.
Esos jóvenes que izaron el tricolor en Buenos Aires merecían un estímulo adicional, y lo alcanzamos. La alianza con Ecopetrol seguirá impulsando el programa Supérate Intercolegiados, al extenderse por los próximos 53 meses. Las aulas y las canchas son un solo equipo, ganador por donde se lo mire. Fortalecimiento de las bases para seguir creciendo.
Un acuerdo que ilusiona, mas no el único que proyecta el mañana. La unión entre educación y deporte es tan fundamental como indisoluble, con flexibilidad curricular para que nuestros atletas puedan rendir mucho más. Una fuerza conjunta, y la liga deportiva universitaria resulta definitiva para afianzarla.
También se necesita de valores a la hora de fortalecerla, por supuesto. Y uno fundamental es el juego limpio, sinónimo de transparencia, el cual confirmamos con nuestra visita a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA), donde asumimos un desafío importante: lograr la recertificación del Laboratorio de Control al Dopaje de Coldeportes. Es una tarea de nación y entre todos la sacaremos adelante. La legalidad será bandera.
Y si de propósitos comunes se trata, ni hablar del gran reto por el que ya estamos trabajando incansablemente: el Ministerio del Deporte sin burocracia. Un compromiso de país que confiamos deje de ser un anhelo, para convertirse en una realidad transformadora y dinámica, como lo es la economía naranja, y más si encuentra su eje en nuestro sector. Es tal la prioridad que tendrá el deporte en el actual gobierno que en el Plan Nacional de Desarrollo será una línea independiente a la de educación, lo cual impulsa aún más el desarrollo de los componentes estratégicos, como la rectoría y la consolidación institucional del Sistema Nacional del Deporte, más deporte social comunitario y aprovechamiento del tiempo libre, y la promoción de los talentos deportivos con potencial de alto rendimiento.
De igual forma, crearemos un fondo de emprendimiento para nuestras glorias. Reconocimiento merecido a los que lo dieron todo por el país y a aquellos que ya tocan la puerta del retiro, para que asuman su nueva etapa.
Todos ellos han sido parte de estas cinco décadas doradas. Ahora nuestro propósito es que las siguientes sean brillantes. No descansaremos hasta lograrlo, y con tantos alicientes en este nuevo camino, lo que bien ha empezado, mejor ha de terminar. La casa del deporte entra en etapa de transformación. No hay techo para nuestras ilusiones. Bienvenidos al futuro.