La colombiana derrotó a la venezolana Yulimar Rojas, con un registro de 14.82 metros
Una sonrisa, brazos agitándose para pedir apoyo al público. Un estadio que enloquece cuando se lo piden y que enmudece cuando van a hacer la cuenta regresiva para el arranque de una prueba. Este viernes, el estadio olímpico de la Pontaise en Lausana, Suiza, fue el epicentro de la octava parada de la Liga Diamante. Allí Caterine Ibargüen volvió a celebrar.
Dicen que los años avanzan y no dan tregua, que el paso del tiempo merma las habilidades de los deportistas de alto rendimiento, pero con Ibargüen las reglas parecen romperse. En 2018 tuvo un año de ensueño al conquistar todo en lo que compitió. Y en la actual temporada, está confirmando el buen momento que vive. Cada salida suya se traduce en triunfo.
Lausana, más allá de ser testigo de una nueva victoria de la colombiana, vio de cerca cómo se retomaba una de las rivalidades más demarcadas en esta modalidad del atletismo de los últimos años: Caterine Ibargüen contra Yulimar Rojas. Por diferentes lesiones y circunstancias personales, la venezolana tuvo un opaco rendimiento el año pasado, en el que se perdió los Juegos Centroamericanos y del Caribe y la final de la Liga Diamante.
Ibargüen impuso su experiencia. En el quinto y penúltimo salto logró una marca de 14.89 metros, la mejor de su temporada. Superó por siete centímetros a la venezolana, quien desde su segundo intento le puso presión a la colombiana con un registro de 14.82 metros, una marca lejos de su mejor salto: 15.06 metros, que alcanzó esta temporada en la Reunión Iberoamericana de Huelva, el 20 de junio.
Pero Caterine con su enfoque característico no se dejó amilanar y aunque tuvo tres intentos fallidos consecutivos, en el quinto impuso la marca que le dio el triunfo, uno más en una Liga Diamante, que está dominando a placer, en la que ya suma 16 puntos en la modalidad de salto triple, cinco más que la jamaiquina Shanieka Ricketts, quien se ubica segunda.