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En el baloncesto masculino de los Juegos Nacionales Juveniles, Johan Moreno es la superación hecha cesta
En el baloncesto masculino de
El alero de Valle tiene una discapacidad en su brazo derecho, pero con la destreza de su izquierdo le basta para marcar diferencia. Gracias a la inspiración de su hermano mayor, basquetbolista de selección Colombia, terminó en el deporte de la pelota naranja.
Basta ver su entrada al maderamen del coliseo del Café para sentir su energía desbordante. Entre saltos y una mirada elevada al cielo, contagia a todo el quinteto de Valle. Con actitud de sobra y seguro de sí, siempre tiene la disposición para cumplir su función de alero.
Desde pequeño, Johan Moreno encontró una gran motivación en el deporte. Y aunque inició en el fútbol, fue el baloncesto el que encendió su pasión. Leyder, su hermano mayor y capitán de los Toros del Valle, equipo de la liga profesional, fue su inspirador. "Es mi modelo a seguir", dice con admiración.
"Siempre me aconseja para mantener la calma en la cancha", confiesa quien ha hecho de esa enseñanza una de sus mayores fortalezas. Con el apoyo de sus técnicos y compañeros, ha encontrado en el equipo una familia que lo impulsa.
Una lesión en el plexo braquial al nacer dejó secuelas físicas que podrían haber limitado sus sueños. Sin embargo, su discapacidad en su brazo derecho nunca ha sido un impedimento, todo lo contrario: se ha convertido en su motor para cumplir sueños. "No soy discapacitado, soy un jugador profesional", afirma con convicción. Y 11 años de esfuerzo y dedicación, fortalecidos con disciplina y entrenamiento, lo han convertido en todo un talento.
Su proceso en la selección del Valle comenzó el año pasado cuando fue elegido para participar en un torneo nacional en Neiva. Desde entonces, da todo y más por mantenerse y su esfuerzo lo tiene en Armenia soñando con la medalla de oro en los Juegos Nacionales Juveniles.
"Esa discapacidad no lo desestimula para nada; antes lo motiva más. Él es un guerrero que demuestra entusiasmo, entrega y dedicación, una persona a la que es imposible decirle que deje de jugar porque es un chico que viene a entrenar 364 días al año, por eso en mis equipos son Moreno y cuatro más", dice Guillermo Moreno, técnico del Valle.
Para Johan, participar en estos Juegos Nacionales Juveniles es más que una competencia, es la realización de un sueño. "Mi familia me dijo que trajera el oro a casa y estoy trabajando para eso", comenta. Aunque prefiere no ser visto como un ejemplo, su historia inspira a otros jóvenes a no rendirse. "Cada persona tiene su historia, pero el mensaje es claro, no se rindan tan fácil", concluye, antes de regresar a la cancha, donde su resiliencia brilla con cada jugada.
