Prensa Mindeporte
Armenia, 22 de noviembre de 2023. ¿Qué hace un genio dos minutos antes de inventar una obra maestra? ¿Qué hace un joven feliz que representa al Atlántico, que ha demostrado en Juegos Intercolegiados, Nacionales, Panamericanos, Olímpicos y Mundiales cuánto puede correr y convertirse en medallista de los 400m, una prueba difícil del atletismo, que necesita inteligencia táctica, decisión, valor, pierna y una capacidad de resistencia a la velocidad?
Anthony Zambrano señala a la tribuna y gesticula en los últimos metros de la prueba final de los 400m en los Juegos Nacionales. Mueve las manos de lado a lado, hace ademanes y pasa la meta, por delante de todos los competidores: 46.19 segundos marca el cronómetro. Y hace el avioncito, va a la tribuna y se lo dedica a su esposa, a la gobernadora del Atlántico, a la ministra del Deporte. "Se los prometí y se los cumplí", dice con una sonrisa, porque él, medallista mundial y olímpico, sabe que cuando tiene sus mejores sensaciones, pocos pueden seguirle el paso.
Un minuto atrás, se da unos pequeños golpes en las piernas y en la cara para activarse y con la seriedad máxima de un atleta en plenitud que sabe exactamente lo que va a hacer para ganar y que nadie se lo va a impedir, sale y corre. Y lo hace. A los 200m está donde nadie se atreve a estar, rezagado con Jhon Alexander Solís, liderando. "Todo lo calculé, él fue mi guía", relata. En la entrada de los últimos 100m aceleró a fondo, a un ritmo frenético y se volvió inalcanzable. "Anthony ha vuelto", destaca.
Una aceleración profunda, inalcanzable. El antioqueño, Yilmar Herrera (plata en la prueba) y Raúl Palacios (bronce) solo pudieron ver su dorsal trasera. Mientras celebraba antes de finalizar. "Estamos vivos, felices, demostrando que somos los mejores en los 400m", señala con esa seguridad que lo caracteriza, como si confiara que los 45 segundos, que tiene que superar para lograr el tiquete olímpico, los pudiera batir sin mayor esfuerzo. Y es que Zambrano cuando está en todo su nivel, es inspiración.
Un atleta que demuestra que con capacidad y talento se puede. Al que siguen niños y jóvenes, soñando entregarle al país una medalla olímpica. "Soy inspiración para muchos y lo único que puedo decirles es que trabajen por sus sueños", destaca. Pero a su vez hace un análisis profundo de lo que fueron los últimos años para su carrera. "A los más fuertes, Dios les pone las más duras batallas", afirma como intentando filosofar un poco y dejar claro que Anthony Zambrano está de vuelta y listo para grandes cosas.