Foto: Andrés Hernández, mecánico de la selección de Colombia de pista.
Andrés Hernández, el alma de l
martes, 30 de noviembre de 2021
El mecánico lleva cinco años en el equipo nacional y se ha convertido en un pilar fundamental del grupo que cerró su presentación con 11 oros y tres platas, en los Panamericanos Junior.
Prensa Mindeporte
Cali, lunes 29 de noviembre de 2021. Una actitud positiva y una sonrisa siempre acompañan a Andrés Hernández, un hombre delgado, de tes morena, 1.71 metros de estatura y que se hace llamar "El maquia". Mientras los ciclistas se roban las miradas en el velódromo Alcides Nieto Patiño, en los Juegos Panamericanos Junior, de Cali, él se lleva toda la atención dentro del espacio reservado para la selección nacional, por sus ocurrencias, dedicación y pasión por este deporte.
"Amo mi trabajo", dice sin titubear cuando le preguntan por esa gran responsabilidad que tiene de poner las bicicletas a punto y al gusto de los corredores, labor fundamental para todo el equipo. "Cada deportista confía en el trabajo que uno hace y solo tienen que preocuparse por pedalear", resume de manera enfática, sin mucho protagonismo y como si se tratase de algo sencillo.
No obstante, John Jaime González, entrenador de la selección de Colombia de pista, lleva a otro nivel el trabajo de Hernández, tanto así que lo gradúa como mecánico de bicicletas. "Es más necesario que el mismo entrenador porque cuando ellos salen a la pista hacen lo que saben, pero la cicla es parte fundamental del corredor y dentro del objetivo de ponerla a punto existen muchas aristas que son la medición, el peso, llevarlas al punto de salida y tener los tubulares limpios, entre otras", destaca.
La pasión que tiene por el deporte de las bielas y los pedales hace que ese trabajo sea destacado tanto por entrenadores como por los mismos ciclistas. Un sueño que está cumpliendo porque de alguna manera logró estar inmerso en la disciplina de sus amores, esa que cuando tenía 13 años lo invitaba a soñar con seguir los pasos de grandes pedalistas como Marco Pantani, Miguel Indurain o Alberto Contador.
Sin embargo, las necesidades básicas de la vida no le permitieron enfocarse, exclusivamente, en su carrera deportiva sino lo llevaron a buscar trabajo para ayudar a su familia y así lo hizo hasta los 26 años, cuando ese cariño inmenso que tiene por el ciclismo estalló dentro de él y lo llevó repensar lo que hacía, a salirse del molde, a demostrar que nunca es tarde para empezar y seguir ese anhelo de estar involucrado en un deporte que le sube sus pulsaciones, le roba sonrisas y le eriza la piel.
El apoyo de sus padres fue fundamental para volver a coger una bicicleta y pedalear por sus sueños. Entre entrenamientos conoció a Fernando Gaviria y a Fabián Puerta, quienes lo acogieron, le enseñaron y, lo más importante, se convirtieron en esos amigos cómplices que la vida le pone a todo ser humano. De Puerta le quedó el apodo por el que es conocido en todo el ciclismo nacional, "El maquia", el mismo que se grita a todo pulmón en los pits del Alcides Nieto Patiño y que hace reír a ciclistas, policías y entrenadores.
Ese carisma y esa actitud que lo caracterizan lo llevaron a abrirse puertas en el ciclismo. Cuando llegó tenía una edad avanzada para convertirse en profesional, pero suficiente para poder aprovechar un camino lleno de bielas, rodamientos, piñones, platos y pedales. Su felicidad en una palabra.
Fue así como cumplió ese anhelo de estar involucrado con el deporte de sus amores y lo hizo enfocándose en ser mecánico, esa labor ardua, llena de responsabilidades, pero a su vez silenciosa.
Fue un aprendizaje constante, que hoy lo han puesto como el hombre de confianza número uno de los ciclistas que hacen parte del combinado nacional. Cada pedalazo que ellos dan sobre el maderamen lleva detrás un trabajo duro de Andrés Hernández, quien poco a poco se ha convertido en un pilar fundamental de un equipo que domina a placer el ciclismo de pista, en los Juegos Panamericanos Junior.
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