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Barranquilla, 2 de diciembre de 2021. Entre el éxito y el fracaso hay 5,08 centímetros de distancia, es la que un batazo puede terminar en cuadrangular o en un elevado a los jardines. El béisbol es precisión pura. Un deporte diseñado para que, básicamente, un jugador fracase. Las citas con la frustración son frecuentes, razón por la que es clave la mentalidad.

Foto: La selección Colombia de béisbol disputa la final en los Juegos Panamericanos Junior.
Al béisbol colombiano le sobra

"El béisbol es 90 % mental, la otra mitad es física", solía decir el exjugador de los Yankees de Nueva York, Yogi Berra. Y es algo que se ha fortalecido en los peloteros colombianos en los últimos años. Muchos de ellos son jóvenes prospectos en sus organizaciones, que están proyectados a ser el futuro, ese cambio generacional que es tan vital para que la gran carpa siga su movimiento.

Precisamente, algunos de ellos se encuentran representando a Colombia en los Panamericanos Junior 2021: Dayan Díaz, Brayan Buelvas, Jair Camargo, Guillermo Quintana y Luis de Ávila, entre otros, son algunos de esos talentos que, en un futuro, no tan lejano, serán los pilares fundamentales para que sus respectivas novenas sigan siendo competitivas. Y eso parte del enfoque que tienen, que se ha convertido en el factor clave del éxito en estos Juegos.

"Contamos con un grupo de jugadores que gracias al ritmo competitivo que tienen en las diferentes ligas de béisbol, están bien preparados para afrontar cualquier desafío. Además, mentalmente, se encuentran enrutados con esas ganas de seguir creciendo y potenciando esas habilidades que tienen", dice el mánager José Mosquera Crisson.

Precisamente, él que en 2004 se convirtió en el primer beisbolista colombiano que firmó con los Dodgers de Los Ángeles, empezó a dirigir a este grupo de jóvenes desde 2015, en un torneo sub-15 que se disputó en Aguascalientes, México. Con un subcampeonato arrancó un proceso que ha dibujado sonrisas y que empezó a dejar claro que el relevo generacional del béisbol colombiano estaba en buenas manos.

Y es que también le ganaron a Estados Unidos en el mundial de la categoría, en 2016, en el Mundial sub-23, de 2021, se quedaron con la medalla de bronce y, además, se llegó ahora a la final en los Juegos Panamericanos Junior, siendo el único deporte de conjunto en asegurar podio. 

Un éxito gracias a los scouts colombianos que se encuentran trabajando con organizaciones de Grandes Ligas como Daniel Mavarez, con los Gigantes de San Francisco; Tito Quintero, con los Atléticos de Oakland; Luis Sierra, con los Yankees de Nueva York y Hamilton Sarabia, con los Rangers de Texas, entre otros.

Es un proceso que involucra también a entrenadores y todo el staff técnico que se han convertido en un bastión clave para guiar el proceso de estos jugadores, que son el fruto del crecimiento del béisbol en el país.

Y no se puede decir que, solamente, salen jugadores de la costa norte colombiana: Santiago Angulo y Randy Perea, de Cali; Rubén Galindo, de San Juan de Urabá o Mike Ibargüen, de Itagüí, son algunos ejemplos claros de los pasos agigantados que ha dado este deporte. A eso también se le suma la facilidad que se les ha brindado para representar a Colombia en diferentes eventos internacionales. "Es algo con lo que antes no contábamos", resalta Mosquera.

Ese enfoque ha sido esencial para labrar un camino lleno de éxitos, pero, sobre todo, para dar ese giro de calidad que necesita el país. Y aunque falte aún mucho recorrido para igualar a República Dominicana, Venezuela y las grandes potencias latinoamericanas, Colombia se está convirtiendo en un punto de referencia.

La recompensa al arduo trabajo está dando sus frutos y con esos jóvenes que ven en el béisbol una forma de vida, el júbilo de un país está a la vuelta de la esquina.