Es aquella generada por enfermedades o lesiones de reciente aparición (ultimas 24 horas) o accidentes, que por su severidad interfieren con la práctica deportiva, pero que no se incluyen en las urgencias vitales (no ponen en riesgo inmediato la vida), y concuerdan con la capacidad y el nivel de atención del centro, por lo que deben ser atendidas en un plazo máximo de 12 horas, por el médico encargado del deporte correspondiente.