Se ha encargado de transmitir por décadas el legado de la recreación en Caldas
Prensa Coldeportes
En una era en la que la tecnología se ha tomado el protagonismo, mantener los juegos tradiciones con los que a lo largo de la historia se han divertido y formado miles de generaciones no es una tarea fácil.
Los Juegos Recreativos Tradicionales de la Calle son por naturaleza un conglomerado de valores. Su pedagogía, informal por demás, se ha encargado de enseñar, mientras se comparte con amigos y vecinos, la forma como el respeto a las reglas debe regir la vida de todo ser humano.
Si hay un doliente de la recreación en Colombia ese es Humberto Gómez. Por años se ha encargado de preservar estas prácticas, las mismas con las que creció y las cuales busca transmitir a las nuevas generaciones, especialmente a lo más de 2 mil niños, niñas y adolescentes que participaron hasta este viernes en la edición 35 de los Juegos Recreativos Tradicionales de la Calle, que apoyó Coldeportes.
"Cuando llegué a Caldas en el año 1981 me recibieron con mucha amabilidad. Desde ese momento, la primera infancia, jóvenes, adultos y hasta la persona mayor, acogieron estos juegos de una manera muy importante, le dieron mucha proyección", comentó Gómez, más conocido en este municipio de Antioquia como el papá de los Juegos de la Calle. (Escuchar audio)
Su tarea ha consistido en enseñar, mediante la teoría y la práctica, la forma como los juguetes clásicos o antiguos han sido los principales elementos con los que grandes y chicos han aprendido a divertirse sanamente.
"Cuando llegué a este municipio había muchas falencias en las actividades de los estudiantes. Me di a la tarea de traer juegos electrónicos y tradicionales, inicialmente los primeros tuvieron más acogida, pero luego se dieron cuenta de que las prácticas recreativas de toda la vida les enriquecían su alma y su espíritu", agregó Humberto, oriundo de Pueblo Rico (Antioquia).
Por su experiencia, no duda en asegurar que gracias a este tipo de prácticas se pueden interiorizar valores como el respeto por la norma, por el compañero, además de la solidaridad, el aprendizaje y la entidad cultural que se preserva y se pone en práctica.
Su objetivo año tras año es que la comunidad se proyecte para realizar una actividad recreativa, proceso en el que por varios años el aporte de Coldeportes ha sido valioso y estratégico. "Le debo mucho a la organización. Por los profesionales de la recreación que siempre nos acompañan es que los juegos que nacieron y viven en la calle se siguen preservando", concluyó Gómez.
Gracias a gestores como Humberto y al respaldo del Departamento Administrativo, juguetes como el trompo, símbolo de la lúdica y la fertilidad, la golosa, el balero, el cien pies, el jazz, los carritos de balineras, la vara de premio, las rondas, entre otros, aún mantienen su vigencia y se siguen transmitiendo con el mismo valor que tiempo atrás nuestros antepasados lo hicieron con un objetivo principal: educarse jugando.