Fútbol sala femenino de Risaralda
Prensa Supérate Intercolegiados
El fútbol sala femenino de Risaralda trajo un equipo que sobresale por su gran corazón en el campo de juego y sus integrantes. Las niñas de la Institución Educativa La Inmaculada San Antonio del Chamí, del municipio de Mistrató, no sólo vienen por primera vez a representar a su departamento sino que también cargan la responsabilidad de representar a los Embera Chamí, etnia indígena de esta región.
Este año ha sido especial para este grupo de niñas. Gracias a la práctica deportiva han logrado grandes cosas, "se han sorprendido mucho con ver tanta gente, romper sus esquemas culturales es difícil pero lo están disfrutando", comenta Hanner García, entrenador inmaculado.
Son una comunidad indígena de la región andina en límites entre Risaralda y Caldas. Se caracterizan fuera de la cancha por su timidez, y dentro de ella son fuertes, sólidas, un hueso duro de roer para sus rivales.
Hoy estuvieron a 10 segundos de la victoria ante las favoritas antioqueñas de la Institución Educativa Guarumo, del municipio de Cáceres. Un gol agónico de las paisas sentenció un empate para dejar el cuadrangular abierto hasta la última fecha.
A pesar de recibir el gol al final del encuentro, Blanca Osorio Chacoa, portera del equipo chamí, no dejó de sentirse complacida por el partido que hicieron y el momento que viven: "Estoy contenta por el resultado pues nos dijeron que ellas eran muy buenas" declaró la cancerbera.
Mañana, a partir de las 8:00 a.m., definirán frente a las cuyabras la posibilidad del cupo a la final. De igual manera, con el botín o no, llegarán a su municipio con la victoria de haberlo entregado todo