Prensa Coldeportes - Acord
Si hay un recuerdo que los tolimenses tendrán en su memoria de ahora en adelante, serán las dos horas que duró la inauguración de los Juegos Deportivos Nacionales este sábado en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué.
Fueron 120 minutos en los que la música, el color, las luces, la energía y el deporte hablaron el mismo idioma. Los latidos de los corazones se aceleraron de tal manera que fueron muchos los espectadores que no pudieron contener las lágrimas. Sencillamente, majestuoso.
Guitarras, tambores, marimbas, flautas, violines… todos los instrumentos dejaron salir de sí lo mejor de su repertorio en una empatía indescriptible con sus intérpretes. El folclor de la región musical de Colombia fue el principal protagonista en un día en el que los ojos del país entero apuntaron a Ibagué y al departamento de Tolima.
Llegaron los Juegos Nacionales. Arribó uno de los orgullos más grandes del país. Fue una fiesta de principio a fin en la que hubo de todo. Bailes, acrobacias, fuegos artificiales. Y cómo dejar a un lado los juramentos de deportistas, entrenadores y jueces, una promesa al juego limpio que se materializó en las voces de la billarista Andrea Cardona, el técnico Fabio Serna y el árbitro Edwin Liévano.
Y qué decir del desfile de más de 1.200 personas entre deportistas, técnicos y delegados, la razón de ser de esta gran celebración. Saludaron emocionados a las miles de personas que haciéndole el quite a la lluvia los recibieron con incontables aplausos.
Del Chocó, la otra casa de la vigésima edición de las justas, la cuota la puso el grupo musical Chocquibtown. Si ya se vivía un carnaval, con sus notas y sabor el festejo llegó a su máximo nivel. El estadio se unió en un solo coro.
El máximo símbolo de las justas, el Fuego Deportivo, llegó, literalmente, caído del cielo. Fue el show de cierre, el más esperado. En helicóptero y escoltado por el Ejército Nacional, hizo su aparición tras descender de la mano de Camilo Rubio, gimnasta en los Juegos Nacionales de 1970 y 1974, quien a su vez se los entregó a los mamos de la etnia de los Arhuacos, donde se prendió, en otra conmovedora ceremonia el pasado 7 de octubre, la llama en medio de la Sierra Nevada de Santa Marta.
El recorrido lo completaron los deportistas Wendy Cifuentes, Michael Lozano, Steffany Medina, María Fernanda Perdomo y el reconocido ciclista Freddy González, quien se encargó de encender el pebetero para darle la bienvenida oficial a los Juegos Deportivos Nacionales.
De esta manera y hasta el próximo 21 de noviembre, lo mejor del talento deportivo nacional se dará cita en la vigésima celebración del certamen que organiza Coldeportes y que disfruta y enorgullece a toda Colombia.