Clara Luz Roldán se le midió al reto de ser campista
Prensa Coldeportes
Sonreír y disfrutar fueron dos verbos que conjugó todo el tiempo. El ritmo del Cesar, la calidez del Chocó, la amabilidad de Antioquia, la energía de Santander, la diversidad del Amazonas, la alegría de Nariño, la espontaneidad del Valle... ¡la energía de los campistas de Colombia!
Apenas pisó el campamento en la noche del jueves se vistió como lo ameritaba la ocasión. Sombrero, botas y poncho, la pinta perfecta para ser una campista más, una arriera de pura cepa. El protocolo quedó a un lado. Incluso el discurso que trajo desde la capital de la República no salió de su carpeta.
Las palabras para sus compañeros de aventura fueron tan espontáneas que capturó la atención de más de 1.300 jóvenes. Luego recorrió uno a uno los campos con linterna en mano para sentirse como en casa. Disfrutó la noche de arriería de principio a fin. Con ansias esperó el amanecer para continuar con la aventura.El sombrero fue la primera prenda que vistió convencida de que sería otro día maravilloso y productivo. Sus expectativas se convirtieron en una realidad.
En la jornada de este viernes conoció de primera mano la oferta gastronómica de 29 departamentos, escuchó las peticiones de representantes de cada uno de ellos y por supuesto les agradeció por abrirle las puertas de sus lechos. Confirmó que esta experiencia además de inolvidable, le significó conformar una nueva familia.
"Me voy maravillada con esta experiencia que nunca había tenido la oportunidad de vivir. Es indescriptible el orgullo que siento de saber que estamos formando jóvenes que por su iniciativa trabajan en pro de la paz. Puedo asegurar que si llegan a ser dirigentes del país algún día, su labor estará guiada por la honestidad, el respeto y la disciplina", manifestó la directora de Coldeportes, Clara Luz Roldán, una campista para quitarse el sombrero. (Escuchar audio)